1. «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen»
Aun en medio de la muerte, su voz sigue clamando justicia. Sigue visibilizando territorios que han estado olvidados y abandonados a la suerte de los más fuertes.
Al menos 33 líderes, lideresas sociales y personas defensores de derechos humanos fueron asesinados en Colombia entre enero y marzo de 2023. Estos datos los dio a conocer un portavoz de Human Rights Watch. Cada muerte de estos líderes y lideresas representa un silenciamiento a nuestra democracia.
Cada muerte se asemeja a la acción de echar a la suerte el rumbo de comunidades que encontraron una voz que les diera un lugar en el mapa de Colombia. Pero quiénes amedrentan las voces y acciones de estos liderazgos también están pérdidos, están en la ruta que no permite construir desde la diferencia. Cada amenaza a un líder o a una lideresa es una amenaza a la vida, a la vida misma de una sociedad democrática.
Y decir que no saben lo que hacen, es quitar su responsabilidad sobre el presente y futuro de ciudadanos, familias y comunidades que hoy siguen exigiendo el goce de sus derechos fundamentales. Dentro de las víctimas hay personas con liderazgos comunitarios, indígenas, campesinos, víctimas del conflicto armado, firmantes de los Acuerdo de Paz, LGBTIQ+, afrodescendientes y juveniles.
José Taicús, Mariela Reyes, Cristian Salinas, Rosa Elena Celix son solo 4 nombres que nombramos para recordar su voz y no olvidar sus luchas.
2. «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso»
¿Qué es el paraíso en una tierra donde los cultivos que nos alimentan están también manchados de amenazas, sangre y soledad? El paraíso en una tierra donde crece una planta de fríjol en una olla metálica rota, está más allá de las figuras literarias que nos permiten volar con mariposas amarillas.
En Colombia el paraíso está entre las montañas, los valles, los desiertos, los mares, las llanuras, los nevados y las selvas. Pero fue solo hasta mediados del 2020 que la Defensoría Nacional emitió una resolución en la que fija unos parámetros para reconocer el trabajo de líderes y lideresas sociales en el país: Resolución 074.
Organizaciones como el Instituto de Estudios para el desarrollo y la Paz, Indepaz, asegura que “un líder o lideresa social es aquella persona que defiende los derechos de la colectividad y desarrolla una acción por el bien común reconocida en su comunidad, organización o territorio. Todo líder o lideresa social se considera un defensor de Derechos Humanos”.
En nuestro paraíso tenemos líderes y lideresas sociales que pueden ser comunales, comunitarios, campesinas y de mujeres, indígenas, sindicales o migrantes, estudiantiles, gestores de paz o víctimas del conflicto armado. Ellas y ellos construyen con sus ideas y propuestas un paraíso donde podamos estar en armonía con la vida misma. Reconocer el rol de las lideresas y los líderes sociales, nos abre un boleto para gozar del paraíso. Según datos que dio a conocer la Defensoría del Pueblo, en Colombia para el 2019 se registraban 983 líderes y lideresas sociales amenazados de muerte.
3. «¡Mujer, ahí tienes a tu hijo! – ¡Ahí tienes a tu madre!»
¿Y es que acaso ser lideresa o líder social es una marca que nos separa de la ciudadanía? ¿Dónde empieza también nuestra responsabilidad con el cuidado y la protección? La vida es uno de los principales derechos fundamentales y es también nuestra misión protegerla.
Las lideresas y líderes sociales asesinados en el 2022 en Colombia son principalmente los comunales, indígenas, comunitarios y campesinos, según la organización Somos Defensores. En cuanto a distribución territorial, según publicó Verdad Abierta, los departamentos con más asesinatos fueron Cauca (11); Antioquia (10); y Putumayo (10).
En el Estado no solo está el gobierno y sus instituciones quiénes deben garantizar el goce pleno de los derechos de sus liderazgos, también estamos las comunidades que podemos acompañar, dialogar y visibilizar esos liderazgos. Somos hijo e hijas de una misma patria.
4. «¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?»
Los sufrimientos y daños que sufren lideresas y líderes sociales también los sufren la comunidad, el pueblo. ¿Por qué hemos abandonado hoy a las lideresas y los líderes del campo? Estamos acostumbrados a ver como se movilizan por la defensa del agua, de los páramos o los recursos naturales que todos necesitamos para sobrevivir, pero no los acompañamos en su lucha.
Se nos hace más fácil cerrar los ojos para no ver aquello por lo que tantos hombres y mujeres son agredidos y asesinados en nuestro país. Pues es evidente que estamos ante una institucionalidad que por años no ha garantizado los derechos y el bienestar de quienes defienden el campo. Ante agresiones, amenazas e intimidaciones, hemos abandonado a nuestros líderes. No es fortuito que hace poco la Defensoría del Pueblo expresó gran preocupación por las dificultades en la disponibilidad de recursos para garantizar la integralidad de los esquemas de seguridad para líderes, lideresas y personas defensoras de derechos humanos, víctimas del conflicto armado, entre otros.
5. «Tengo sed»
Los líderes y lideresas sociales de nuestro país tienen sed de justicia, de acceso a mejores condiciones de vida, no solo personales, sino también comunitarias. La sed que tienen hoy es de respeto por sus territorios, por sus tradiciones, por la garantía de sus derechos.
Por ejemplo, en Medellín al comparar las amenazas a líderes denunciadas entre el 2020 y el 2021 se evidencia un incremento del 65,5%, en el primer año se reportaron 29 casos y en el segundo, 48. Muchos de ellos y ellas han tenido que abandonar sus territorios. La sed que tienen hoy es una sed de retorno a los lugares donde han luchado por mejores condiciones de vida para todos.
6. «Todo está cumplido»
Y si todo está cumplido ¿por qué seguimos contando muertes de lideresas y líderes sociales en Colombia? Y si los protocolos de atención, rutas de atención y las instituciones que velan por investigar los asesinatos y agresiones, están creadas, ¿por qué seguimos registrando amenazas y desplazamientos de estas personas?
La Resolución 074 de la Defensoría del Pueblo establece que los derechos de los que gozan líderes y lideresas sociales son: a ser protegido, a la libertad de reunión y asociación, a la protesta, a debatir y desarrollar nuevas ideas en materia de derechos humanos, a la libre circulación, a la intimidad y el buen nombre.
Qué todo esté cumplido en el papel no garantiza que la vida de las lideresas, líderes sociales y sus familiares esté garantizada. Qué todo esté cumplido en el papel, no significa que la lucha social esté terminada y no sea necesaria.
7. «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu»
El 2022 fue el año en el que más líderes y lideresas sociales fueron asesinadas desde la firma del acuerdo de paz. Al tiempo que la Fundación Ideas para la Paz, alertó sobre los riesgos de líderes y lideresas impulsoras de Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial en las regiones. ¿En manos de quién encomiendan la garantía de sus derechos los líderes y las lideresas sociales? El incumplimiento en la implementación de los Acuerdos de Paz es la muestra de la necesidad de mayores garantías para ejercer el derecho a defender los derechos y para habitar nuestro país accediendo a una calidad de vida digna y en paz.
Trackbacks/Pingbacks