Carepa, un nuevo aroma

“Cada sol trae una esperanza de luchar por nuestra región”, así dice la canción Sol de Esperanza del grupo Zona Prieta, cuyos integrantes son oriundos de Urabá y que suena en las calles y campos del municipio de Carepa como un himno.

En medio de Apartadó y Chigorodó un color verde con sabor a banano causa admiración. La tierra del papagayo suena a nacimiento de agua en las quebradas y al canto de las aves en el campo. El amanecer comienza con un gran movimiento de hombres y mujeres que se ubican en las esquinas a esperar los buses que les transportara a las fincas bananeras. Entre las calles se escuchan voces que replican “somos ricos y no lo vemos”, “el verde que nos rodea”, “Carepa sabe a triunfo, apostémosle”, “ese olor tropical de nuestros cultivos que son la esperanza de cada familia”.

Tenía 12 años y solía andar mucho en la calle, me gustaba hablar con las personas mayores. Una tarde nos encontrábamos muchos niños reunidos con algunas personas adultas que nos contaban un poco de cómo fue la violencia en nuestro municipio.

“Muchachos, era un día normal como todos. Se encontraban los hombres en las bananeras y las mujeres en el hogar, de repente la bananera La Partada fue invadida por un grupo armado que le disparó a todo el que se encontraba ahí. Y todo hombre, fuera niño, joven, anciano, fue reclutado y aquellas madres, esposas quedaron muertas en vida”.

A Carepa, con 40 años, aunque es el más joven de los hermanos municipios de la subregión del Urabá antioqueño, también llegó la violencia. Ese día, trabajadores bananeros despertaron sin pensar que se tomarían el último café de sus vidas. A otros, después de lo ocurrido los despojaron de sus tierras. Desde ese entonces los hombres vivían con temor y las mujeres se refugiaban en el dolor de pensar que, en cualquier momento la violencia podría tener como protagonista a algún integrante de su familia.

Pero, aun así, a ellas y a ellos los mantenía vivos la esperanza. Con las ganas de salir adelante nuestros campesinos permanecieron en el territorio, pues no tenían a dónde más ir. Allí esperaron apostándole a la vida y a un futuro mejor. Y ese futuro llegó con la firma del Acuerdo de Paz en el año 2016, como una luz de esperanza para las víctimas del conflicto armado.

Ahora que soy joven me sigo interesando por las historias de las personas mayores, como las de Carlos Duarte habitante de la vereda Belencito quien me contó que entre 1998 y el 2002 el desplazamiento forzado en Carepa fue de forma general, perdiéndose los cultivos y el ganado. Don Carlos Duarte es hoy el representante legal de Caocares, y manifiesta que ese pasado amargo se ha venido superando con el trabajo de la comunidad y el acompañamiento institucional, especialmente a través de los PDET.

Nuestro terruño de paz

Caocares logró un convenio de más de 2 mil 700 millones de pesos para fortalecer la infraestructura agrícola, lo que permite que haya un acompañamiento técnico y socio-empresarial con un enfoque sostenible para que 100 familias del sector campesino mejoren su calidad de vida. Todo gracias a la iniciativa Mi vida es mi campo, liderado por la Agencia de Renovación del Territorio con el apoyo técnico de la FAO-Colombia.

El proyecto productivo de cacao en Carepa beneficia a 31 mujeres, 69 hombres, 10 jóvenes y 3 asociaciones productivas como Acefuver, Caocares y Aprocesu, todas de la parte alta del municipio. Este proyecto PDET logró unir a las comunidades, otorgándoles herramientas para crear y creer. Yamile Duarte transformadora y emprendedora del cacao, me contó que “esto le genera a ella y a otras mujeres independencia y fortalecimiento en el tejido social y familiar”. Lo cual mejora de manera contundente la calidad de vida de las familias, como me lo expresó Carlos Duarte, “este es un aporte muy importante para la paz, que a través de los proyectos PDET les ha mejorado su calidad de vida y que tienen ahora una oportunidad de crecimiento”.

El fruto de cacao colombiano se caracteriza por tener un fino sabor y aroma. Hoy son más de 20 hectáreas las que se han sembrado de cacao en la parte alta del municipio, del cual aproximadamente el 87% es tipo premium, es decir que es producido en tierras fértiles con características especiales. Se espera que en un futuro nuestro territorio sea el mayor exportador a nivel subregional y departamental, y que nuestros campesinos vean este fruto como una nueva alternativa de desarrollo rural.

Escuchar estos relatos de dolor a causa del conflicto armado, sin duda me generan una gran tristeza. Pero al mismo tiempo, escuchar las historias de los proyectos productivos que hoy se emprenden me lleva a pensar que es posible superar lo ocurrido. Cada proyecto PDET es un gesto de paz y progreso para las comunidades que, como la nuestra, han vivido el conflicto armado y que hoy están cultivando, no solo cacao, si no también esperanza.

Reporteros comunitarios del municipio de Carepa

Cesar Iván Areiza Monsalve

Juan Guillermo Peñuela Rincón

Liliana María Duarte Salas

Narlin María Pérez Ramírez

Samir Savier Tenorio Contreras

Emisora comunitaria Urabá Stereo

Por una comunicación para la paz

Este producto fue realizado con el apoyo del Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para la paz en Colombia. Las opiniones y planteamientos expresados no reflejan, ni comprometen la posición del Fondo.

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