Originarios del imponente valle del Betué y establecidos a orillas del ignoto río Nechí, el municipio de Zaragoza fue fundado el 14 de septiembre del año 1581 por el español Gaspar de Rodas, quien fuese el segundo gobernador en la historia del departamento de Antioquia. Bendecido por una fuerza mayor el territorio despertó el interés de todo aquel que, con sed de riqueza, fue seducido por el oro, la fertilidad de la tierra y la abundancia del río, que hicieron de este terruño un punto clave para la subsistencia de la población de la región.
Y así como la misma patria, este municipio tiene historias de conquista, de gloria y de dolores que marcan su capacidad de resiliencia. Hoy su gente nos cuenta de su determinación para hacer posible la paz.
Cuentan los más ancianos que hace mucho fue encontrada en las labores del bahareque una piña sólida de oro. Desde entonces Zaragoza es conocida como la capital del oro y cada día atrae a más aventureros que desean tener un golpe de suerte. El oro, la pesca, la siembra, la ganadería y el ser uno de los principales puertos fluviales de la región, otorgaron a este municipio el título de capital de la provincia de Antioquia por casi un siglo.
La riqueza, aunque maravillosa, también trae su desdicha y Zaragoza no fue la excepción. Pues la zozobra cubrió por mucho tiempo los verdes campos y el río que lucía dorado por la mezcla de los rayos del sol y el oro que abundaba en sus aguas, pasó a teñirse de lúgubres tonos rojizos por la sangre derramada en un conflicto armado que despojó a los pobladores de su brío y su sonrisa, sumergiendolos en el miedo y la incertidumbre de un porvenir inhóspito, y endosando su historia a los agentes del conflicto armado.
Con el paso de los años, el conflicto armado tomó el control de la región. Y con el miedo y la penumbra cernida sobre su gente, a los pobladores no les quedó más que asimilar su nueva realidad y subsistir entre el fuego cruzado, con la incertidumbre de quién sería la próxima víctima en ese juego macabro de quienes ostentaban el poder, siendo dueños y señores. Así se vivió con “la última lágrima”, una canoa destinada por los grupos armados que arrimaba al muelle local despertando el pánico, pues a quiénes se obligaban a subir en ella nunca más se le volvía a ver con vida y en el mejor de los casos su cuerpo era hallado días después flotando en el río.
Pero como todo lo que inicia tiene un final, podría decirse que Zaragoza vio la luz y el final del conflicto armado.
El 4 de septiembre del año 2016 fue firmado el mayor Acuerdo de Paz en Colombia, tal vez por caprichos del destino o por obra de su patrono, los habitantes de Zaragoza tomaron como una señal que esto se diera precisamente en el marco del inicio de sus festividades patronales y aunque no se podía asegurar que la paz fuese total, fue un cambio de aires que llenó de regocijo a toda la región que festejó el “milagrito del Cristo”.
El gobierno se apresuró a dar garantías y compensar a estas regiones afectadas por el conflicto armado, dando cumplimiento a lo establecido en las negociaciones con la intención de la no repetición de estos hechos y garantizando a la población una inversión social que les permitiera recuperar la seguridad, el bienestar y transformar los territorios, dando fin a las economías ilícitas y a la falta de presencia institucional. Con este propósito llegaron en el 2017 los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial -PDET-.
Hoy en día, muchos de los pobladores hacen mención a esos años lúgubres a los que sobrevivieron, al mismo tiempo que comentan la paz y armonía con la que se vive actualmente. La población de las zonas rurales, que fueron las más afectadas, ahora gozan de la libertad de sus tierras, como lo hacen en las veredas Escarralao y Jobo Medio donde las fronteras invisibles y la desaparición forzada eran pan de cada día.
En Jobo Medio, una comunidad alegre y ribereña en la que antes los jóvenes eran destinados a pertenecer a grupos armados al margen de la ley hoy son reclutados, pero para diferentes equipos deportivos, pues en el 2024 por medio de los PDET recibieron una placa deportiva, para el disfrute y encuentro de la comunidad.
Jugando a soñar
La comunidad de Jobo Medio cuenta con un espacio apto para hacer deporte y otras actividades comunitarias. Motivando a niños, jóvenes y adultos a dedicar su tiempo libre a la actividad física y brindándole una visión positiva del lugar donde viven.
En Escarralao se construyó la primera biblioteca pública para el beneficio de grandes y chicos, garantizándoles sus derechos al conocimiento y a la cultura. Ahora la población espera la dotación de libros que les permita disfrutar de tardes de lectura que les inspire un mejor mañana.
En Escarralao se lee paz
Reporteros comunitarios del municipio de Zaragoza
Cristian Antonio Pastrana Uribe
Jennifer Camila Pulido Córdoba
Paula Andrea Quintero Gómez
Kenny Cherney Chedid Ramírez
Mike Stiven Sierra Fernandez
Emisora comunitaria Zaragoza Stereo
Por una comunicación para la paz
Este producto fue realizado con el apoyo del Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para la paz en Colombia. Las opiniones y planteamientos expresados no reflejan, ni comprometen la posición del Fondo.