Los alimentos del Pueblo Inga
“Hoy se nos hace imprescindible escuchar a los 34 pueblos indígenas que habitan la ciudad para reconocer la Medellín índigena, sus sonidos, sus lenguas, sus músicas, porque también somos su ancestralidad”
¡Haz parte de nuestra comunidad!
Suscríbete a nuestro boletín semanal y no te pierdas de las novedades radiofónicas de La Esquina Radio.
Cada semana estamos compartiendo noticias y nuevos sonidos que llegan desde los territorios a la radio comunitaria, estos sonidos queremos compartirlos contigo.
Medellín también es indígena. En un principio Los Aburráes que vivían a orilla del río Aburrá de allí su nombre, tenían su resguardo en San Lorenzo donde hoy es El Poblado. Y aunque ya desaparecieron, otros han llegado para seguir recordándonos que este valle también les pertenece. Hoy en la ciudad habitan “34 pueblos indígenas con una población que ronda los 4500 personas miembros de pueblos como el Misak del Cauca, Wayuu de la Guajira, Curripaco del Guainia, Tule de Panamá y Antioquia, Wuanan del Chocó, Zenú de Córdoba y Antioquia, Pijao del Tolima, Nasa del Cauca, Uitoto del Amazonas, Kichwa del Ecuador, Inga del Putumayo, Embera Dobida del Chocó, Arhuaco del Cesar, entre otros” según nos lo ha contado Nestor Iván Lagos, indígena Zenú y Vicegobernador del Cabildo Chibcariwak.
Pueblos que han marchado hasta la ciudad de Medellín y que en el camino han tenido perdidas sus tierras y territorios, su relación con la naturaleza, la forma de alimentarse, sus rituales. Y que representan pérdidas para toda Colombia.
Pero a pesar de esto han traído hasta Medellín algunas de sus fietas, sus trajes, las historias y enseñanzas de sus antepasados, sus lenguas maternas. Y algunas personas como María Tamánis, del pueblo Embera Chamí, aún preparan frijoles verdes con maíz y chicha, como una manera de conservar sus prácticas culturales y sus raíces.
Hoy se nos hace imprescindible escuchar a los 34 pueblos indígenas que habitan la ciudad para reconocer la Medellín índigena, sus sonidos, sus lenguas, sus musicas, porque también somos su ancestralidad.