Sacar del olvido las ánimas, es casi que regresarles la vida. Esa vida que algún día se llevó la muerte por alguna razón y que desde nuestros rituales se aviva incesantemente hasta convertirlas en seres que acompañan nuestro caminar. Porque dice un viejo adagio, que sólo muere lo que no recordamos.
Y de eso si que nos ha enseñado organizaciones como Mujeres Caminando por la Verdad y Madres de la Candelaria; ese ritual de levantar la voz para traer a la memoria y al corazón los seres que ya no habitan este plano terrenal, es también una manifestación de resistencia frente a la violencia que nos convierte cada vez más en una sociedad marcada por la muerte.
Porque la muerte que llega de manos de otro ser que dispone nuestra existencia, es tan vil y desalmada como nosotros ciudadanos que nos olvidamos de recordar, recordar que hay vidas apagadas por las luchas constantes de las libertades colectivas.
Por eso hoy y siempre es imprescindible que llenemos de rituales de memoria nuestras Esquinas, en homenaje ha esas almas que entregaron sus vidas por agenciar transformaciones colectivas, o por simplemente creer que otro mundo es posible.
Que hoy y siempre esas animas permanezcan vivas y que nuestros rituales sigan siendo la mejor manera de traerlos de regreso.
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