El municipio de Segovia no sólo es reconocido por su vocación minera, también por el espíritu de hombres y mujeres que construyen paz. Te invitamos a este recorrido por las historias de quienes han labrado con sus manos un nuevo amanecer.

Con tenacidad y trabajo, las mujeres rurales de Segovia entregan sus mejores frutos en las ferias agroempresariales.

Desde el año 2001 se vienen realizando en el municipio los mercados campesinos, hoy ferias agroempresariales. Desde el 2016 la Alcaldía empezó a darle un nuevo impulso a este evento y para el año 2023 realizó nueve ferias con una inversión cercana a los $800 millones de pesos, según Fernando Gómez exsecretario de Minas y Desarrollo Económico del municipio.  Todo esto gracias a que en la administración pasada y en la actual se incluyó en el Plan de Desarrollo Municipal un capítulo especial sobre los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial -PDET-.

Segovia está ubicado en el nordeste antioqueño. Un territorio de vocación minera y actividad comercial significativa, y aunque la producción agropecuaria no es tan relevante va en aumento, por lo que campesinos y emprendedores tienen la oportunidad de comercializar sus productos directamente con el consumidor. Como es el caso de Rocío Osorio, una campesina de la vereda Las Guaguas.

Hace 36 años, Rocío llegó con su familia al área rural de Segovia, siendo una niña procedente del corregimiento de Jardín, Cáceres. Allí creció y se casó con Carlos William Arismendy, con quien tiene tres hijos: Carlos, Ana y Emanuel. “Yo me siento segoviana, quiero mucho este municipio”, dice Rocío.

Como ella muchas otras mujeres acostumbran participar en la feria agroempresarial con variedad de productos del campo y con diversos emprendimientos locales como artesanías, confecciones y otros con valor agregado como los derivados del café, el cacao, la panela y la leche. Rocío participa desde el año 2022 y afirma que, en las ferias del año pasado tuvieron muy buena acogida, “vendimos muy bien, la participación fue muy buena, a todos nos fue muy bien”.

Rocío tiene muy claro que esta clase de proyectos le aportan a la paz “porque hay más ánimos de la gente para trabajar cuando tiene apoyo, y piensa en cosas constructivas… entre más empleo se genere mejor irá la economía y menos violencia habrá”.

Para las ferias agroempresariales, Rocío saca a la venta pollos, pescados, plátanos, yucas, ahuyamas, aguacates, limones, chócolos, en fin, “todo lo que cultivemos en la finca”. Tiene el apoyo de toda la familia, y de los hermanos de la iglesia que acuden a comprarle. “Mi esposo me apoya mucho porque él es el que carga y saca todo en mula desde Las Guaguas hasta la carretera y me ha respaldado en todo este proceso”, dice.

Ella ha participado en más de 15 ferias y no sabe mucho de los PDET, por lo que manifiesta que “quisiera conocer más, qué son, sobre qué tratan y cuáles son los beneficios que aportan al municipio”.

Y aprovecha esta conversación para plantear una sugerencia en nombre de los campesinos que participan de la feria. “Sugeriría a esta administración y a la que le siga, hacer un centro de acopio para que los campesinos no tengan que estar al sol y al agua, un lugar donde todo mundo llegue y tenga su puesto, que esté cubierto, que sea algo fijo y que el campesino que vende pescado o pollo o lo que sea pueda comprarse el enfriador u otros implementos que faciliten su conservación y así todo será más organizado y redundará en la calidad del producto”.

Así como hay encuentros de paz en este municipio de Segovia, también hay cantos al trabajo comunitario que las mujeres afrodescendientes interpretan para recordarnos que ellas lideran procesos colectivos de desarrollo territorial. Como lo hace Carmelina Sánchez, quien trabaja por una vejez digna en el corregimiento de Fraguas.

Sumado a los encuentros y a los cantos, líderes y lideresas de Quebradona San Miguel, trabajan mancomunadamente para hacer de Segovia un rinconcito más amable y pacífico, un terruño para la paz.

Nuestro terruño de paz

Reporteros comunitarios del municipio de Segovia