En las laderas orientales del municipio de Bello, abrir la llave no garantiza agua limpia. En Granizal, una de las veredas más pobladas del país, el acceso al agua potable sigue siendo una deuda histórica que no se resuelve con discursos.
Por eso, la comunidad no ha esperado soluciones ajenas. El agua, aquí, se ha venido conquistando con años de organización comunitaria, redes solidarias y exigencias colectivas. Porque en Granizal, el derecho al agua no es una promesa: es una conquista en curso.
